sábado, 5 de noviembre de 2011

“El crisantemo y la espada”



¿“El crisantemo y la espada” una arma contra Japón?

O solo referencia sobre su historia?


Título original: The Chrysanthemum and the Sword: Patterns of Japanese Culture. Traducción: Javier Alfaya. 310 páginas.
En 1944 la "United States Office of War Information" solicitó a la antropóloga Ruth Benedict que elaborase un informe sobre la cultura japonesa con el propósito de comprender mejor al enemigo y de ese modo poder facilitar su derrota.
Este estudio "a distancia" siempre quedó como una de las grandezas y debilidades de la obra de la antropóloga, concentrando en las limitaciones de este modelo la mayor parte de las críticas y alabanzas.
El crisantemo y la espada, vio la luz en 1946, ya acabada la guerra, y se convirtió rápidamente en el libro de referencia sobre cultura japonesa tanto en el ámbito de los estudios antropológicos como en los históricos.




Ruth Benedict señala desde las primera páginas del libro que el motivo por el cual Japón participó en la Segunda Guerra Mundial no respondió a un impulso ideológico sino que fue una respuesta militar a la búsqueda del lugar en el concierto de las naciones que, a juicio de sus dirigentes, se le negaba a Japón por otros medios.
La cultura de la vergüenza. Esta aportación al discurso antropológico por parte de Benedict ha supuesto, desde su origen en 1946 hasta nuestros días, uno de los debates más enconados entre sus partidarios y sus detractores.
En resumen la idea consiste en señalar que las sociedades basadas en la vergüenza priorizan el control sobre sus habitantes en la capacidad de inculcar a los niños, y luego a los adultos, el temor a la vergüenza y, por extensión, al ostracismo derivado de ella. Su contraposición sería la "cultura de la culpa" en la que el medio de control se basaría en el concepto de "culpa" asociado a unos determinados comportamientos concretos que la sociedad rechaza y aborrece y sobre los que se actúa por medio de castigos en caso de ser descubiertos. Japón sería, en el momento del estudio, un caso extremo de "cultura de la vergüenza" y eso explicaría comportamientos como la resistencia de los soldados nipones a rendirse en la


guerra.
Ruth Benedict termina por llegar a una serie de conclusiones sobre el modo en que EE.UU. debería dirigir la posguerra evitando que se perciba como una sucesión de afrentas al honor japonés la ocupación militar. Apelando a la jerarquización, muestra que los japoneses están predispuestos a aceptar que el camino que eligieron para situarse a la cabeza (la guerra) era equivocado y la derrota sufrida (y la posterior ocupación) la consecuencia lógica de su error (de ahí que sea dolorosa pero no deshonrosa). Apelando al honor, señala que la figura del Emperador y la deuda de honor que toda la población tiene con él, es una herramienta muy útil para controlar a los elementos potencialmente más hostiles y rebeldes (los militaristas y las sociedades secretas anti-occidentales) siempre que se mantenga intacta la estructura social japonesa. y a su cabeza perdure el Emperador. Los consejos de la antropóloga fueron seguidos por los presidentes Roosevelt y Truman y eso garantizó la transición del Japón de una potencia imperialista a una democracia fiable y aliada.



¿Sigue siendo El crisantemo y la espada una obra referente sobre la sociedad japonesa sesenta años después de su composición? Para un elevado número de antropólogos los métodos empleados no permitieron obtener un verdadero reflejo del objeto de estudio, siendo el resultado del trabajo de Benedict ampliamente superado, matizado y mejorado en todos sus aspectos. Sin embargo, se sigue considerando una buena base a la hora de comprender las estructuras profundas que han conformado la cultura japonesa hasta
mediados del siglo XX. Asimismo, se sigue recomendando como una obra "iniciatica" en lo referido a Japón ya que, en pocas páginas y de un modo ameno, explica una gran cantidad de factores que siguen teniendo sus reflejos en la sociedad japonesa actual.
Así que, si quiere conocer mejor Japón y su cultura y no sabe por dónde empezar, la lectura de esta obra puede ser una muy buena manera de entender mejor el país del Sol naciente. Altamente recomendable.

Gisell Hernández Avendaño

No hay comentarios:

Publicar un comentario